Hábitos como el uso prolongado del chupete (más allá del año de vida), o, lo que es peor, la succión del pulgar u otros dedos, puede producir alteraciones del crecimiento normal de los maxilares.
La eliminación de estos hábitos debe hacerse lo más tempranamente posible, de forma que se pueda producir una normalización espontánea de su crecimiento. Si esto no es posible, sería necesario acudir a medios (normalmente aparatología) para subsanar las alteraciones causadas.
Otros hábitos como la respiración habitual por la boca en vez de por la nariz pueden producir igualmente alteraciones en el crecimiento de los huesos maxilares. Se hace necesario en estos casos, acudir al especialista en Otorrinolaringología .
Otras costumbres como morderse las uñas, morder objetos, rechinar los dientes (consciente o inconscientemente) etc pueden ser elementos que, potencialmente, produzcan alteraciones o patologías del desarrollo de la articulación témporo-mandibular y lesiones en los propios dientes